Día Internacional contra la LGTBfobia

Si tienes menos de 24 años y estás leyendo esto: enhorabuena. Enhorabuena porque, ey, no te conozco, pero estoy seguro de que naciste libre de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró, hasta 1990, una enfermedad mental: la homosexualidad. Aquel 17 de mayo de 1990 se eliminó de un plumazo el estigma con el que millones de personas llegaban al mundo por el simple hecho de tener una determinada orientación sexual.

¿Y esto qué quiere decir? Que ese 17 de mayo de 1990 se decretó una ‘erradicación’ programada e imperceptible que consiguió que nadie más se viese en la obligación de ‘curarse’ una enfermedad que nunca existió y todas y todos fuimos felices en el país de la gominola. […] Vale, quizá no fue del todo así.

El 17 de mayo es el día en el que aprovechamos para recordar que, a pesar del avance que supuso esta ‘descatalogación’ y a pesar de los logros que poco a poco vamos consiguiendo en algunas partes del mundo, aún queda mucho por hacer.

La LGTBfobia (que sí es una enfermedad), sigue extendiéndose dentro y fuera de nuestras fronteras, donde algunos países no es que consideren la homosexualidad como un ‘trastorno’, sino que la convierten en un delito que se castiga con la pena de muerte en determinados casos.

“En 77 países, ser homosexual es un crimen”, apuntan desde ‘All Out’. “Pueden arrojarte a prisión o sentenciarte a muerte sólo por amar a quien amas o por ser quien eres, por el simple azar de nacer donde naciste”.

Irán, Argelia, Bangladesh, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán, Yemen… son algunos de los países de esa lista negra a la que se incorporó Uganda recientemente. Solo en África ya hay 38 países que condenan las relaciones entre personas del mismo sexo (según datos de 2013). Y Rusia, a las puertas de Europa, lleva años dando pasos para formar parte de ese ‘nightmare team’: fomentando la violencia hacia el colectivo en su territorio y haciendo el ridículo a nivel internacional con declaraciones inaceptables sobre la participación de Conchita Wurst en el Festival de Eurovisión.

Porque el monstruo de la LGTBfobia aprovecha cualquier escenario para hacer acto de presencia. Y porque precisamente Conchita nos sirve para hablar de nuestro país, donde algunos medios públicos y privados han contribuido a alentar la LGTBfobia y han permitido comentarios en los que calificaban a la ganadora como “engendro”, “vomitivo”, “monstruoso” o “degeneración”. Y no es anecdótico: es la mejor muestra de esa intolerancia que sigue latente en nuestra sociedad, ese odio al que debemos dar una respuesta contundente desde la calle y desde las instituciones.

Por eso hoy es un buen día para pedir que se refuerce la lucha contra la LGTBfobia en todos los niveles, especialmente en las escuelas. Es un buen día para exigir de una vez por todas la despatologización de la transexualidad, para reclamar que dejen de ponerse trabas a las proposiciones de ley que mejoran las condiciones de vida de estas personas. Es un buen día para apoyar a quien venga a pedir asilo a España porque en su país de origen no tenga garantizada su seguridad por el simple hecho de ser lesbiana, gay, transexual o bisexual.

Por eso hoy te pedimos que te sumes a la protesta y celebres este día de forma reivindicativa participando en las actividades que se realicen en tu zona y/o siendo activo/a a través de Internet. Alza la voz por quienes no pueden. Estén donde estén.

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