En pleno desarrollo de la campaña contra los delitos de odio que estamos llevando a cabo desde Fuenla Entiende nos ha llegado un mensaje viral de WhastApp en el que, a través de un test, se pretende medir la masculinidad según tus hábitos, gustos…. y “descubres” qué porcentaje de macho o marica eres.
Una vez más se estereotipa que, según qué gustos o hábitos, eres un “machote” o un “maricón de mierda” cayendo en el encasillamiento discriminatorio de los hombres LGTB como machos o viriles. Hace unas semanas denunciamos las palabras del que fuera marido de Rocío Jurado, el matador de toros José Ortega Cano cuando dijo que “era un hombre de los pies a la cabeza” para decir que no era homosexual y ahora, llega esta cadena.
“Desde Fuenla Entiende no podemos más que denunciar este tipo de cadenas que contienen un mensaje de odio y de discriminación hacia el colectivo y, como receptores de las mismas, debemos pararlas y no seguir compartiendo” apunta Pablo Trapero, responsable de comunicación y redes sociales de Fuenla Entiende.
Cabe recordar que cualquier tipo de insulto, vejación o ridiculización del colectivo puede ser considerado como delito de odio y, tal y como indicamos en nuestra campaña, debemos actuar contra ellos.
Dudar de la masculinidad de los hombres LGTB por el mero hecho de ser LGTB no es una gracieta o algo que debamos pasar por alto, es una manera de lanzar un mensaje de odio hacia el colectivo y que recurre a los viejos argumentos de virilidad relacionada con el heteropatriarcado.
“En nuestras manos está, como receptores del mensaje no seguir alimentándolo y cortar la cadena, incluso poner en conocimiento de las autoridades este tipo de cadenas que incitan al odio. No podemos ser cómplices del discurso del odio y debemos actuar contra ello” concluye Trapero.
Fuenla Entiende seguirá trabajando para la eliminación de los delitos de odio y de los discursos de odio y como asociación LGTB no podemos más que condenar este tipo de cadenas, que, por otra parte, no representan a la mayoría de la población y que muchas veces se reenvían sin leer y analizar, pensando que van a ser graciosas, cuando en realidad están fomentando el odio en nuestra sociedad.